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Con la llegada de la primavera y el mes de marzo nos disponemos a cambiar la hora y yo me pregunto: ¿nos afecta el cambio de hora?, ¿cómo lo hace?, ¿por qué?.

El cambio de hora de verano se produce todos los años el último domingo del mes de marzo (al menos de momento, las últimas noticias dicen que unos cuatro años más), adelantando una hora al horario actual (a las dos serán las tres), amanecerá y anochecerá más tarde, por lo que disfrutaremos de más horas de sol.

Una hora no parece mucho; sin embargo, nuestro cuerpo nota este cambio, a veces de forma leve y otras no tanto.

¿Este cambio horario nos alegra?

Las variaciones de la intensidad y cantidad de luz afectan a nuestro reloj biológico y cuando se reduce provoca lo que llamamos depresión estacional. Generalmente, se piensa que el cambio al horario de verano nos anima porque la luz activa neurotransmisores que nos ayudan a regular el sueño.

Beth Ann Malow, profesora de Neurología y Pediatría en la Universidad de Vanderbilt (EE.UU) ha escrito un artículo en The Conversation en el que indica lo contrario.

«Los efectos van más allá de las simples molestias. Los investigadores están descubriendo que adelantar la hora cada mes de marzo está relacionado con graves efectos negativos para la salud» (Mallow).

Esta neuróloga indica que saltar hacia adelante es más duro para el cuerpo. Parece que son las 7:00 aunque nuestros relojes marcan las 8:00. Por lo tanto, es un cambio permanente durante muchos meses, no solo el día del cambio o pocas semanas después.

No todo es blanco o negro

¿Eres adolescente?, ¿vives en un país donde el cambio horario es diferente?. 

La pubertad y la adolescencia (hasta al menos los 20 años) hacen que la melatonina se libere más tarde por la noche, lo que implica que los adolescentes padecen un retraso en la señal natural que los ayuda a conciliar el sueño y que puedan ser más susceptibles a los problemas del sueño debido a la luz nocturna, más prolongada durante el horario de verano.

Un estudio ha mostrado que las personas que viven en una determinada zona horaria, que pueden recibir la luz más tarde por la mañana y más tarde por la noche, duermen menos que otras personas de una zona horaria diferente.

Por lo tanto, según diferentes evidencias de que el horario de verano no es natural ni saludable,  y teniendo en cuenta que si hubiese un horario de verano permanente, en los meses de invierno habría falta de luz por la mañana y en los de verano un exceso de luz por la noche, ¿deberíamos eliminar el horario de verano y adoptar un horario estándar que sea permanente?.

Melatonina

La melatonina es una hormona producida por el cuerpo. Regula los ciclos de día y noche o los ciclos de sueño-vigilia. La oscuridad hace que el cuerpo produzca más melatonina, lo que le indica al cuerpo que se duerma.

Al cambiar las horas de luz se alteran nuestros niveles. Esto implica una modificación que puede provocar ciertas alteraciones durante un tiempo. Podemos sentirnos más inquietos porque nuestro cuerpo detecta que algo ha cambiado.

Efectos del cambio al horario de verano

Positivos

  • La luz es muy terapéutica, de hecho la fototerapia (terapia de luz) se utiliza para tratar muchas enfermedades.
  • La reducción del estrés. Se supone que las personas tienen más tiempo para realizar actividades al aire libre.

Negativos

  • Incremento del uso de luz artificial por las mañanas.
  • Impactos para la salud cardiovascular; accidentes cerebrovasculares y fibrilación auricular; errores de medicación; salud mental; y accidentes de tráfico», según el Presidente de la AASM, el Dr. Kannan Ramar, un especialista en Medicina del Sueño de la Clínica Mayo.

Pero, el efecto negativo de cambiar los relojes puede superar los beneficios del ahorro de energía (que se calcula en apenas un 0,34%). Según los científicos, mantener siempre el mismo horario es beneficioso para nuestro ciclo de ritmo circadiano.

 

Cerebro y cambio de horario

Nuestro cerebro puede que tarde unos días (entre 2 y una semana) en ajustarse al cambio de luz. El hipotálamo es una parte del mismo que se encuentra más o menos detrás de los ojos y que forma parte del sistema que regula el ciclo sueño/vigilia.

El hipotálamo tiene, entre otras funciones, la de la estabilidad, la homeostasis del organismo. Regula algo parecido a un «reloj interno»» que con el cambio de hora se ve «descompensado» y entonces aparecen desajustes.

Al hipotálamo le llega la luz ambiente a través del nervio óptico y es así como sabe que es de día o de noche. Si es de noche, manda a la glándula pineal la segregación de melatonina al corriente sanguíneo.

 

Trastorno afectivo estacional de primavera y verano

Existe una «patología» directamente relacionada con el cambio de horario. Los síntomas específicos del trastorno afectivo estacional de inicio en verano, llamado también depresión de verano, pueden incluir los siguientes:

  • Problemas para dormir (insomnio)
  • Falta de apetito
  • Pérdida de peso
  • Agitación o ansiedad
  • Mayor irritabilidad 
 

Tratamiento

La terapia cognitivo conductual puede ayudarte con lo siguiente:

  • Aprender maneras saludables para combatir el cambio de horario especialmente, a reducir las conductas de evitación y programar actividades gratificantes.
  • Identificar y cambiar comportamientos y pensamientos negativos que pueden hacerte sentir peor.
  • Aprender a gestionar el estrés.
  • Desarrollar conductas saludables, como aumentar la actividad física y mejorar los patrones de sueño.

 

Además de lo indicado en este post, si padeces algún tipo de afección, es conveniente hablar con un profesional de la salud antes de probar cualquier terapia.